No sabemos verlo, pero la rutina es uno de los mayores lujos disponibles en la vida moderna.
Buscamos aventura, riesgo, emoción… pero siempre de una forma controlada, que nos permita al acabar guardarlo todo en una maleta, montarnos en el coche y regresar con un puñado de buenos recuerdos a nuestra casa (forrada de monotonía y rellena de aburrimiento).
La rutina y la organización son formas de sentir que controlamos el mundo que nos rodea, y así envolvernos en una ilusoria sensación de seguridad
¿Todos los días son iguales? En cierto sentido si, en cierto modo no.
Ante todo no olvidemos que somos nosotros los que así lo queremos, aunque luego también seamos los primeros que quejarnos de que “Nunca nos pasa nada”
La salida de la rutina si no es de una forma voluntaria, premeditada y planeada suele ser más estresante que estimulante.
“Oh, dulce rutina… permíteme dormir cada noche en mi cama.”