viernes, 31 de diciembre de 2010

31 de diciembre

Que fácil resultaría ponerse trascendental en una fecha como hoy, un 31 de diciembre, el ultimo día de un año mas (y un año menos) en mi vida. Muy fácil, sí, hacer un resumen o una breve sinopsis de lo que me ha aportado o quitado este 2010 que termia en unas pocas horas.

Pero me centraré en lo que a este blog respecta, y si hablamos de eso, este ha sido un año muy disipado, literariamente hablando. No solo por lo poco que he escrito, si no por lo poco que he leído (¡Menos de un libro al mes!). Cinco libros, a la mitad, duermen en mi mesita, esperando a que retome su lectura.

Ahora es cuando debería marcarme una serie de propósitos alentadores y altamente positivos para la entrada de año… pero no lo haré. No quiero que, dentro de un año, al releer esto me encuentre con un montón de tareas pendientes y propósitos incumplidos.

Solo puedo decir esto:

“Intentaré hacerte más caso pequeño blog, intentaré escribirte con más asiduidad, pero no puedo prometerte que hablaremos por hablar. Sobretodo porque nunca sabemos lo que nos traerá el nuevo día, y aunque no tengo intención de morirme a corto plazo, la muerte siempre acecha a la orilla de nuestro camino, con intención de hacernos la zancadilla. Pero quiero que sepas, aunque este días sin escribirte, que sigo pensando en ti y madurando mis ideas para que te resulten interesantes.”

Volviendo al nuevo año diré que, aunque mañana es tan solo un día más, siempre es agradable la sensación de una hoja en blanco toda para ti. Da la sensación de que puedes llegar a escribir cualquier cosa, cualquier cosa…

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