Me hace gracia la gente que cree en el destino, que las cosas ocurren por algo. Ojalá yo pudiera engañarme así y pensar que todos los acontecimientos de mi vida van encaminados hacia alguna misión mesiánica, en la que acabaré salvando el mundo. Un día un coche te atropella, te parte la pierna y acabas casándote con la traumatóloga que te atendió en urgencias. “Que bonito, eso es que estaba escrito” A ver, ni el destino se salta semáforos en rojo, ni la casualidad quiebra tibias.
Es agradable pensar que una fuerza cósmica superior guía nuestros pasos, pero al final todo son recursos baratos de las (malas) películas románticas. La gente muere a diario en todo tipo de accidentes, niños nacen con deformidades o enfermedades incurables, gente es cruelmente asesinada ¿Están acaso cumpliendo algún tipo de designio divino? ¿Murieron por el bien de otros? No, simplemente ocurrió. Ayer ellos, mañana nosotros.
No somos especiales, el dios de la fortuna no trata de que seamos felices. Tampoco existe una balanza en la que pesen nuestros malos momentos para resarcirnos más adelante. La vida puede tratarte injustamente desde que naces, hasta que mueres y nadie deberá dar cuenta por tu felicidad no disfrutada.
De muchas malas experiencias se pueden extraer cosas positivas. Pero, por favor, no penséis que os ocurrieron para daros una lección sobre la vida y abriros los ojos a grandes verdades universales. Las casualidades son lo que son, no le busquéis tres pies al gato.
viernes, 15 de mayo de 2009
sábado, 9 de mayo de 2009
Demuestra que sabes divertirte
Y gracias al tuenti he llegado a la conclusión de que tan importante es tener vida social como demostrarlo. Salir por ahi y disfrutar esta bien, pero si no hay fotos que lo demuestren tampoco parece tener mucho sentido hacerlo.
Pondré un ejemplo para que todos lo veáis claro:
Una niña de diecisiete años, queda con sus amigos para ir de botellón, una noche cualquiera. Sin ser cumpleaños, ni festividad alguna ¿Cuántas fotos puede subir al tuenti al día siguiente?
Fácil; Diez mientras compran los litros en el lupa. Cinco de las botellas alineadas, en el suelo, esperando ser fusiladas. Y otras quince de la “fiesta” en si. En total treinta fotos para inmortalizar tan memorable ocasión.
Lo peor no es eso, lo más grave es que hoy en día cualquiera posee una cámara digital o un movil de última generación (o ambas cosas). Con lo cual al final tenemos, como mínimo, una veintena de fotos por cada media neura alcoholizada. Fotos que serán religiosamente subidas al día siguiente.
El criterio de selección, y esta es otra, de las instantáneas a subir es “todo vale”. Retratos desenfocados, borrosos o con el dedo en el objetivo… todo vale. Que luego siempre son las fotos más ingeniosamente comentadas, en plan “k dedo + grande tnes XDD ;)”
Pondré un ejemplo para que todos lo veáis claro:
Una niña de diecisiete años, queda con sus amigos para ir de botellón, una noche cualquiera. Sin ser cumpleaños, ni festividad alguna ¿Cuántas fotos puede subir al tuenti al día siguiente?
Fácil; Diez mientras compran los litros en el lupa. Cinco de las botellas alineadas, en el suelo, esperando ser fusiladas. Y otras quince de la “fiesta” en si. En total treinta fotos para inmortalizar tan memorable ocasión.
Lo peor no es eso, lo más grave es que hoy en día cualquiera posee una cámara digital o un movil de última generación (o ambas cosas). Con lo cual al final tenemos, como mínimo, una veintena de fotos por cada media neura alcoholizada. Fotos que serán religiosamente subidas al día siguiente.
El criterio de selección, y esta es otra, de las instantáneas a subir es “todo vale”. Retratos desenfocados, borrosos o con el dedo en el objetivo… todo vale. Que luego siempre son las fotos más ingeniosamente comentadas, en plan “k dedo + grande tnes XDD ;)”
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